sábado, 18 de abril de 2009

Buscándote

Navego en las letras que mi corazón dicta,
entre cien poemas y un par de estrofas perdidas,
camino y platico con un verso olvidado,
entre frases de amor y renglones en blanco.
Doy vuelta en la esquina de la pagina cinco,
esperando encontrarte y que vuelvas conmigo
busco en la luna la palabra precisa,
para decir que te amo que eres toda mi vida.
Con tinta indeleble de una alma dolida,
doy fin al capitulo de esta historia fallida
que yace en un libro en blanco,
cerrado desde su partida.

Juan Diego

Algo falta, llego a casa y a mi alrededor
la habitación se encuentra vacía,
hoy lo entiendo, no estas aquí,
abro la puerta y no esta ese pequeño
ratoncillo asomándose travieso
desde su guarida, asechando mis pasos
para de un susto hacerme brincar
mientras sale lleno de alegría.
Extraño las risas que brotaban
de la nada, la picardía que reflejas
en tu alegre e inocente mirada,
hoy no siento tus pequeñas manos
unidas a las mías llevándome
a recorrer cada uno de los cuartos,
ni tus paseos por los suelos
que tanto te alegraban para buscar
tu vieja pelota, o el auto sin una llanta.
¿Dónde estas mi angelito?, ¿será acaso
que ya haz crecido, será que tendré
que olvidar las travesuras del niño
para comenzar a preocuparme
por las aventuras de un adolescente?.
No lo se, pero has de saber cuanto te amo,
mi bebe, mi joven, mi adulto, mi hijo,
quien seas, siempre podrás contar conmigo.
**
***
**
A mis sobrinos Diego Alejandro G. y Juan Antonio G.

El adiós a un amigo.


Aun queda en mi mente grabado aquel día,
el ultimo día, tu semblante serio, frió,
difícil de comparar con aquel que siempre conocí,
donde siempre encontraba una sonrisa,
un par de palabras que juntos se volvían carcajadas,
tus manos expresivas hoy solo cruzadas,
reposadas sobre tu pecho no dicen ya nada.

Estamos aquí como siempre unidos, familiares y amigos,
estamos aquí contemplando tu elegancia,
las flores que adornan la habitación
intentando dar a ella un poco de alegría y vida,
se aprecian esta vez marchitas y pasan desapercibidas,
a lo lejos el canto de un canario hace voltear mi vista,
en el veo al amigo y hermano de quien extraño su risa.

Corre frió el viento, y en sollozos se anuncia la partida,
el ultimo adiós y no se si mi alma lo resista,
acaricio tu rostro, beso tu frente, no entiendo el motivo,
ya no estarás presente, un puño de tierra tomo entre mis manos,
lo arrojo lento al suelo gritando y llorando,
vuela hasta el cielo donde un día eh de encontrarte,
mi amigo piolin, Ricardo tu nombre, que Dios te bendiga
y te tenga en sus brazos…